jueves, 18 de julio de 2019

El rol del maestro en la enseñanza de la Lectoescritura




El maestro es un mediador entre el estudiante y el conocimiento. En su rol como docente durante el proceso de instrucción deberá guiar y acompañar el proceso de aprendizaje problematizando la necesidades o realidades de los estudiantes y de su entorno social cultural. El maestro tendrá la responsabilidad de adquirir distintos conocimientos con el fin de obtener marcos de referencias teóricos específicos que le ayudarán a fundamentar su práctica docente al partir de las reflexiones diarias sobre su tarea y la dinámica institucional que utiliza en el proceso formativo.




Para lograr que los estudiantes sean lectores y escritores competentes es necesario que el maestro construya durante el proceso de enseñanza un ambiente reflexivo, con la meta de iniciar a futuros lectores y escritores competentes y analíticos. Para esto el maestro deberá:
  • Actuar como lector y escritor, creando situaciones que le permitan mostrarle a los alumnos cómo se lee y cómo se escribe.
  • Ser un buen propursor del uso correcto de la lengua escrita, presentandola como un código estable. Prestando atención al uso correcto de las letras mayúsculas y minúsculas, como a los signos de puntuación y a las separaciones entre palabras.
  • Darle a los alunos la posibilidad de hacer anticipaciones, correcciones y reescrituras de los textos; reflexionando sobre los mismos y para efectuar las modificaciones necesarias y que queden, claramente, expresadas sus ideas.
  • Realizar con el grupo cuando se lee en voz alta, operaciones de reflexión del significado del texto (establecer relaciones de causa-efecto, comprender el vocabulario, la secuencia temporal del relato, sintetizar los hechos). De esté modo favorecerá, en los niños, el desarrollo de la comprensión lectora.
  • Brindarles a los estudiantes la información necesaria, proponer estrategias, dar a conocer procedimientos puestos en acción por algunos alumnus.
  • Elaborar secuencias teniendo en cuenta el saber científico y las prácticas sociales. Esto puede lograrlo a través de la planificación de proyectos de lectura y escritura adaptados a situaciones reales, en las que los niños pongan en juego sus competencias. Por ejemplo: elaborar el diario de la sala, realizar el seguimiento de una experiencia y escribirla, organizar la biblioteca y entre otros.
  • Plantear situaciones problemáticas contextualizadas, que sean significativas y que favorezcan el intercambio de pensamientos entre los estudiantes.
  • Seleccionar la mayor variedad de textos.
  • Crear un ambiente de respeto, valorando las producciones y logros de cada estudiante, así como también, un clima de confianza donde puedan aprender sin inhibición. Para ello, es importante que los maestros tenga en cuenta no solamente los aspectos que les faltan construir, también deberán rescatar los que ya fueron logrados.



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